Lenguaje tachado, Galaxia Gutenberg ,
Barcelona 2016.
Naturaleza
variada la de este libro: incluye artículos sobre el concepto de tradición,
sobre las copias picarescas en el flolklore, sobre el cante flamenco y sobre el
Poema de las tres morillas, además de estudios críticos sobre escritores y
poetas esenciales de nuestra tradición, (san Juan de la Cruz, Cervantes,
Machado, Lorca, Hernández, etc.).Incluye también presentaciones de libros
propios o ajenos y prosas impresionistas (y que impresionan) sobre diversos
asuntos literarios, sociales y políticos. De sátira, panfleto y esperpento va
todo en el capítulo VII (museo ibérico), que trata de la corrupción política en
Andalucía y en España. Corrupción que se extiende, en otros capítulos, al
mundillo literario, en espacial al de la poesía, donde huele a todo, menos a
rosas. En ese reino cerrado y sacristanesco solo pueden florecer las sectas
(una sobre otras), las mafias (sobre todas, una) y el dictado de Juan Palomo.
Amparado todo esto por un sistema educativo que ya no forma lectores y por una
crítica literaria que ha decidido comercializar como verdades las mentiras más
evidentes. Más allá de la diversidad temática. También de su erudición sin
afectación y perspicacia intelectual, hallamos un hilo conductor que le dota de
una poderosa unidad y coherencia; el inquebrantable compromiso de Ruiz Amezcua
con los vencidos y humildes, con los zaheridos por el poder, su persistente
voluntad de poner voz a lo silenciado, marginado o tachado. Expresado todo ello
con la crudeza de una prosa que asume la ingrata, pero necesaria tarea de
llamar en nuestros días a las cosas por su nombre y desenmascarar -pese a quien
le pese- las estrategias de la represión y el falaz (en)canto de sirenas de las
modas, incluidas las poéticas. Atraviesa el libro un espíritu rebelde que
analiza la realidad y los procesos culturales e históricos que la forman, la
crean y la inventan. El adorno de un estilo muy personal, certero como la
poesía de Amezcua, convierten estas páginas en un descubrimiento lúcido,
original y auténtico. Se afirma así el libérrimo pensamiento que este libro alberga,
ejercido desde una noble responsabilidad: intelectual y moral.
Vicente Vives
Naturaleza
variada la de este libro: incluye artículos sobre el concepto de tradición,
sobre las copias picarescas en el flolklore, sobre el cante flamenco y sobre el
Poema de las tres morillas, además de estudios críticos sobre escritores y
poetas esenciales de nuestra tradición, (san Juan de la Cruz, Cervantes,
Machado, Lorca, Hernández, etc.).Incluye también presentaciones de libros
propios o ajenos y prosas impresionistas (y que impresionan) sobre diversos
asuntos literarios, sociales y políticos. De sátira, panfleto y esperpento va
todo en el capítulo VII (museo ibérico), que trata de la corrupción política en
Andalucía y en España. Corrupción que se extiende, en otros capítulos, al
mundillo literario, en espacial al de la poesía, donde huele a todo, menos a
rosas. En ese reino cerrado y sacristanesco solo pueden florecer las sectas
(una sobre otras), las mafias (sobre todas, una) y el dictado de Juan Palomo.
Amparado todo esto por un sistema educativo que ya no forma lectores y por una
crítica literaria que ha decidido comercializar como verdades las mentiras más
evidentes. Más allá de la diversidad temática. También de su erudición sin
afectación y perspicacia intelectual, hallamos un hilo conductor que le dota de
una poderosa unidad y coherencia; el inquebrantable compromiso de Ruiz Amezcua
con los vencidos y humildes, con los zaheridos por el poder, su persistente
voluntad de poner voz a lo silenciado, marginado o tachado. Expresado todo ello
con la crudeza de una prosa que asume la ingrata, pero necesaria tarea de
llamar en nuestros días a las cosas por su nombre y desenmascarar -pese a quien
le pese- las estrategias de la represión y el falaz (en)canto de sirenas de las
modas, incluidas las poéticas. Atraviesa el libro un espíritu rebelde que
analiza la realidad y los procesos culturales e históricos que la forman, la
crean y la inventan. El adorno de un estilo muy personal, certero como la
poesía de Amezcua, convierten estas páginas en un descubrimiento lúcido,
original y auténtico. Se afirma así el libérrimo pensamiento que este libro alberga,
ejercido desde una noble responsabilidad: intelectual y moral.
Vicente Vives